Toda operación lleva algún grado de riesgo e imprevistos, las cirugías plásticas no se escapan de los riesgos normales para cualquier operación, más aún hay cirugías que se estén realizando son muy prolongadas y difíciles que pueden llegar a tener riesgos significativos. Antes de operarse debe tener muy claro cual es su riesgo específico para la operación que se va a efectuar
Se encuentran los riesgos quirúrgicos, ya que a pesar de tener las mejores maquinarias siempre existe la posibilidad de tener un riesgo en la operación: como lo puede ser un accidente anestésico, una hemorragia posquirúrgica, una infección o una mala cicatrización. Lo que nos lleva a decir que todo acto quirúrgico implica un riesgo que hay que asumir e intentar reducir al mínimo.
Por ejemplo, en toda anestesia hay un riesgo pero si tenemos un buen equipo de anestesistas y la intervención se lleva a cabo en unas instalaciones autorizadas y dotadas adecuadamente, el riesgo se minimiza. Se asegura que las consecuencias de la cirugía plástica son menores que en otras prácticas quirúrgicas, debido a que los pacientes suelen estar sanos, la mayoría de ellos tiene una edad entre los 18 y 50 años, y la mayor parte de las intervenciones se practica en planos superficiales.
No obstante se pueden producir daños físicos y psicológicos, en ocasiones irreversibles. Las consecuencias derivadas de una mala práctica en este tipo de cirugía van desde una asimetría o un excesivo incremento de pecho que puede dañar la columna vertebral, hasta la lesión de alguna parte del sistema nervioso o las graves complicaciones tras una liposucción, que han causado algunas muertes.
La cirujana Carmen Flores explica que las consecuencias que producen estos daños se dan por una razón, ya que por desgracia los pacientes no se informan debidamente de los posibles efectos secundarios ni de si la clínica, cirujano o anestesista están en condiciones para efectuar la operación.
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